Metodología de entrenamiento
Maquinaria especializada Medx: la base que lo hace posible
En La Fábrica del Ejercicio, todo el proceso de entrenamiento se apoya en una herramienta clave: la maquinaria de fuerza especializada Medx. Estas máquinas no solo nos permiten entrenar con precisión, sino que hacen posible aplicar una metodología estructurada, ajustada al estado físico de cada persona y adaptable en cada fase del proceso.
Principales ventajas:
Organización de los planes de entrenamiento
Frecuencia semanal y recuperación activa
Como punto de partida, recomendamos dos sesiones semanales de entrenamiento de fuerza, con una duración aproximada de 50 minutos por sesión. Esta frecuencia ofrece el equilibrio ideal entre estímulo y recuperación, permitiendo al cuerpo adaptarse sin saturarlo y favoreciendo mejoras sostenibles.
El tiempo entre sesiones es más que descanso: es una fase de observación y consciencia corporal. Las sensaciones que emergen tras cada entrenamiento se convierten en información valiosa que compartimos en la siguiente sesión para afinar el proceso.
Cuando el cuerpo ha demostrado una buena adaptación y el cliente se encuentra preparado, puede valorarse el paso a tres sesiones semanales. Esta decisión siempre se toma de forma individualizada, con el acompañamiento del especialista.
Fuerza general + trabajo especifico
Si la persona llega con una lesión, estructuramos la sesión en dos bloques:
- Un bloque de trabajo específico sobre la zona afectada, con enfoque de readaptación activa o prevención, según el estado actual.
- Un bloque de trabajo general para fortalecer globalmente todos los grupos musculares, mejorar la condición física y consolidar un cuerpo fuerte, equilibrado y funcional.
En el caso de personas sin lesión, las sesiones se enfocan directamente en un plan de entrenamiento de fuerza completo, con el objetivo de mejorar la condición física y la composición corporal.
En ambos perfiles, cada sesión busca siempre un trabajo muscular integral y adaptado, ajustando los ejercicios y las cargas según la evolución de cada cliente.
Comunicación estructurada
En La Fábrica del Ejercicio, la comunicación no es un simple intercambio de palabras, es una parte esencial del proceso. Llevamos más de 10 años dándole el valor que merece, y eso nos ha llevado a desarrollar una forma de comunicarnos estructurada, clara y eficaz, que guía cada decisión del plan de entrenamiento.
No se trata solo de hablar, sino de saber qué preguntar, cómo observar y cuándo intervenir. Desde la primera entrevista hasta cada sesión, aplicamos una rutina de escucha activa y análisis conjunto. Antes de entrenar, revisamos sensaciones anteriores; después, evaluamos con el cliente cómo ha respondido el cuerpo y decidimos los siguientes pasos. Así logramos que el proceso avance con dirección, criterio y ajuste constante.
Cada tres semanas, además, realizamos un test breve de seguimiento, en el que el cliente valora aspectos clave como motivación, fatiga, control o molestias. Esta herramienta complementa la observación del entrenador y nos permite tomar decisiones más informadas y personalizadas.
Progresión de intensidades
El trabajo comienza siempre con una intensidad prudente pero estimulante, evaluando la respuesta del cuerpo a través del feedback. A partir de ahí, ajustamos progresivamente la carga de trabajo para generar los estímulos ideales que provocan una verdadera ganancia de fuerza.
Cada proceso es diferente: algunas personas alcanzan niveles de intensidad muy altos en fases avanzadas, mientras que otras, por sus características físicas o emocionales, se mantienen en niveles intermedios. Nuestro objetivo es hacer que el entrenamiento sea lo más eficiente posible para cada persona, entendiendo que la exigencia debe adaptarse, no imponerse.
Plan de entrenamientos sin esperas ni aglomeraciones
En La Fábrica del Ejercicio trabajamos con un número máximo de personas por hora, lo que nos permite mantener un entorno organizado, cómodo y sin aglomeraciones.
Gracias a esta planificación, cada persona puede encadenar sus ejercicios sin interrupciones ni esperas, favoreciendo la continuidad del entrenamiento. Esta fluidez entre ejercicios, junto con un ambiente tranquilo, permite que cada sesión de fuerza se realice con el foco y la calidad que requiere.
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